Reflexiones Bíblicas 03
Por: Héctor López
En Filipenses 2:13 dice:
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Discernir: Distinguir una cosa de otra, estableciendo la diferencia que hay entre ellas).
(Pensamiento: Ideas)
(Intenciones: Determinación de la voluntad en orden a un fin. Designio. Propósito. Decisión).
Querer: Es un pensamiento o idea producto de la llegada de una información al cerebro, que progresa y se ha convertido en el deseo de que algo se materialice. Bien pudo haber permanecido como idea que no produjo emoción alguna o que se olvidó (veo que está lloviendo, no me da deseo de mojarme, no me importa si sigue lloviendo o si deja de llover).
El pensamiento, y el deseo que provoca, pueden ser buenos y materializarse en un hecho que agrada a Dios, el Señor se glorifica y somos llenos de su gozo.
Vemos que hacer es la materialización de algo que comenzó como un pensamiento, evolucionó a querer hacerlo, se realizó en una acción concreta. Es la culminación de un proceso que pudo haber sido gratificante o desagradable en grado variable. Pero deja espacios que nos permiten reflexionar, antes de que lo que ocurrió, ocurriera.
Hebreos nos habla de que la palabra de Dios (¿Cristo?) discierne los pensamientos, es decir que Él conoce el pensamiento de los humanos y las intenciones del corazón.
Entendemos intención como el deseo acabado, cuando hay una decisión tomada, es el umbral del hecho, (pero aun a tiempo de parar). Salomón nos dice en Proverbios 24:12: Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.
Cuando lo que hacemos proviene del querer y el hacer que Dios produce en nosotros,
Estamos honrando el nombre de nuestro Señor y salvador Jesucristo
Estamos dando un buen testimonio, estamos obrando como discípulos.
Estamos edificando el cuerpo de Cristo.
Y crecemos en el conocimiento de Él.
En estas reflexiones hemos querido analizar más de un pasaje a la vez, como una manera de ejercitarnos en la contextualización de la Palabra.
En la primera de estas reflexiones planteamos una discusión que tiene que ver con la conexión de Romanos 11:25 con las citas utilizadas en discusiones de dicha reflexión
